sábado, 24 de marzo de 2012

Si quieres, hacemos el verano algo más largo.

Uno fue la luna que dejaste en mi colchón, dos tus ojos.
Tres de cuatro barcos naufragaron en la forma de tus modos.
Cinco las mañanas esperando a que volvieras del trabajo
y seis canciones que llevo sin dejarte de querer, y aún no he acabado.
Siete los hoteles que dejamos sin aliento y menos solos.
Ocho vinos duelen al soñarte, equivocada en brazos de otro.
Nueve teclas grises de un piano de pared desafinado, y
cinco dedos con mis otros cinco te recuerdan demasiado.
Once taxis libres enfadados, mientras tú y yo de la mano.
Doce los reclutas que pasaron por tu campo concentrado.
Trece buena suerte si es que pasas sin maletas por mi barrio,
y puede que el catorce de febrero se nos junte con los labios.


lunes, 27 de febrero de 2012

Será ella

Serán sus ojos, o sus manos. Será su manera de reírse del mundo o su forma de hacerme feliz. Será que cada vez que estoy con ella se me olvida el resto o será que la echo de menos por segundos. Será que desde que la conocí no ha habido momentos malos, será que nuestros enfados acaban en risas. Será su piscina o su capacidad de romper cámaras. Serán las ferias con ella o simplemente será que la quiero, que no me imagino sin ella.

sábado, 28 de enero de 2012

Hay personas que brillan más que estrellas.

Todo el mundo dice que los veranos son mejores, incluso yo lo pienso, que con el Sol todo es más fácil, más alegre. Pero a mi no me importa que llueva, que haga frío incluso que nieve y no pueda ni salir a la puerta de casa. Porque a mi no me importa lo que pase alrededor, no hay nada que me pueda hacer sentir mal si ella está a mi lado. 

sábado, 14 de enero de 2012

3 es multitud.

Ya tantos años con ellas, creo que se merecen que les diga que las quiero. Que las quiero a lo grande, como una bomba, como un tsunami que lo inunda todo, como un terremoto de esos que salen en las noticias o como cuando se chocan dos trenes. Las quiero como cuando tienes muchísima hambre y te llevan a un Mcdonald, como cuando te enciendes el brasero en invierno o como cuando estás muerta de calor y te tiras de cabeza a una piscina. Y lo piensa, y no se me ocurren más situaciones extremistas con las que comparar lo que las quiero, solo sé que cada día las voy a ir queriendo más.